Mensaje de unidad como respuesta al mensaje del odio

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*Por José Luis Pereyra | Vicepresidente del Partido Solidario Córdoba

Las críticas de los sectores de la oposición para Alberto Fernández, llegaron  antes de los 180 días de gestión del nuevo Gobierno. Volvió a aparecer un discurso del odio que busca desunir a las y los argentinos en un momento crucial para la vida y la salud de todas y todos. El presidente responde con unidad.

Las críticas de un sector del pueblo, comenzaron a circular por las redes sociales en los últimos días debido a la ya conocida por todos, situación en los bancos con los adultos mayores, que el Presidente definió como “un error”. “Me di cuenta que el Anses, sólo, no puede”, se sinceró Alberto en una entrevista realizada por Horacio Verbitsky.

Más allá de la cadena de responsabilidades, tanto del Estado como de los bancos, el hecho justificó la reaparición de un nuevo estado anímico de los militantes de cambiemos en las redes sociales. Este estado que se observa en el sector “Anti K” más duro, con mucha artillería de odio, pareció borrar la mala gestión realizada por el gobierno de Cambiemos en los últimos cuatro años.

En este sentido, Alberto supo contener y diluir, hasta ahora, este estado anímico, con la llegada de la cuarentena, aplicando medidas concretas y marcando claramente en primer lugar la defensa de la vida y el cuidado de la salud. Asimismo, priorizó la situación de los más necesitados.

Esta línea de acción, que llevó a que el Presidente llegue a picos históricos de aprobación, no fue suficiente para que parte de Cambiemos comenzara el intento de desgaste de un gobierno que no llegó ni siquiera al período de gracia que se le da a cualquier gestión.

OPERACIÓN DESGASTE

En el aprovechamiento de la crisis por la pandemia, los sectores a los que Alberto llamó “miserables” habían intentado acciones de deslegitimación contra nuestra Vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que cuando regresó de Cuba junto a su hija, fue cuestionada por un supuesto incumplimiento de la cuarentena, por una supuesta utilización de un avión personal para viajar al sur de nuestro país, entre otros reclamos. La operación era tan obvia que un reconocido periodista de Clarín, opositor a Cristina, tuvo que salir a desmentir la versión en su propia cuenta de Twitter.

También hubo reclamos hacia Cristina por su “silencio”, cuando hace cuatro años la crítica era que no dejaba de hablar por la cadena nacional. El canal elegido como siempre fueron las redes sociales.

Esta operación degaste a la que se exponen a los principales dirigentes del País, viene acompañada de un irracional discurso de odio.

En este ámbito un ex concejal de Cambiemos de Capilla del Monte, en el noroeste cordobés, insultó a Alberto Fernández en un audio que se filtró y expresó su deseo ferviente de que la pandemia llegue a la zona del conurbano bonaerense para que mate “a cinco o seis millones de negros y peronistas”. La justificación es que de esta manera habrá “cinco o seis millones de planes menos, y así podremos salir adelante los argentinos”.

AL DISCURSO DE ODIO, MÁS UNIDAD

El lunes 6 de abril, el presidente publicó un decreto donde empoderó políticamente a los intendentes de todo el país otorgándoles la potestad del control de precios de la mercadería en los negocios de sus localidades.

Sin mirar hacer una distinción de colores políticos, Alberto volvió a dar una lección de amplitud tendiente a una unidad nacional que tenga objetivo cuidar a la ciudadanía en cada rincón de nuestro país, no solamente desde la salud, sino también desde lo económico, donde el contexto es desfavorable.

Alberto Fernández tiene muy claro cuando tiene que tensar y aflojar en lo político. El escenario pos pandemia va a ser totalmente diferente, y su proyección y legitimación como líder, depende hoy el 100 ciento de cómo atravesemos y superemos la pandemia.

El inicio es prometedor, con un Estado presente en políticas de salud, actuando en el momento justo y con los recursos adecuados posibles, distribuyéndolos de una manera federal.En este marco de unidad, aparece el exacerbado elogio al conductor del gremio de Camioneros Hugo Moyano, en el acto de inauguración de la nueva obra del Sanatorio Antártida.

Muchos diarios lo adjetivaron como elogios. No es lo mismo elogios que adulación, uno tiene que ver con el reconocimiento a los méritos y cualidades positivas de una persona, la otra es una alabanza exagerada y generalmente interesada que se hace a una persona para conseguir un favor o ganar su voluntad. Cada uno sacará su propia conclusión. Lo cierto es, que en lo político generó ruido entre propios y ajenos.

El presidente vuelve de esta manera a mover la pieza adecuada y deja a la oposición sin juego propio, por lo menos por ahora.

FRENANDO LA ANTI POLÍTICA

Como última variable de análisis de la posición del Presidente, es destacable la posición frente a la crítica por los salarios de la política. En entrevistas y de manera pública se plantó y expresó que rebajar los sueldos de los funcionarios en el contexto de una pandemia, es demagógico.

“Yo tengo funcionarios que viven de su sueldo, que no son dueños de grandes empresas ni tienen plata en el exterior. A las 7 de la mañana ya están trabajando y si los llamo a las dos de la madrugada me contestan”, explicó Fernández.

Una vez más, vuelve a correr el arco, a propios y ajenos, con una definición política, fundamentalmente a aquellos funcionarios (oficialistas y opositores) que quieren protagonismo porque no lo tienen. La pandemia les puso un límite.

Pero también sabe que es un tema sensible. Esta cuarentena puso a muchos ciudadanos y ciudadanas en situación crítica a tal extremo de no tener para comprar comida, ni las pymes poder pagarles a sus empleados. En ese contexto el castigo y la sanción social pueden llegar a ser importante, todos los ciudadanos saben más o menos cuánto cobra un político en ese nivel de responsabilidad.

Esta jugada de Alberto, respecto a esta posición política, es un poco más osada, pero no menos pensada, y permite que entre al Congreso un proyecto impulsado por Máximo Kirchner, donde instala la discusión sobre diferentes opciones de recaudación ante una demanda de una parte de la sociedad que realmente necesita, de otra que se acopla a los pedidos por ese clima social, y por ultimo un sector de votantes que sigue siendo fiel y orgánico a las decisiones del gobierno encabezado por Alberto.

Desde una perspectiva amplia, Alberto está corriendo la luz de corte en el fondo de la Grieta. El Macrismo lo acentuaba al interior de la sociedad, él lo está llevando al extremo de la pirámide social: por un lado el poder económico-financiero real concentrado y por el otro, la totalidad de la sociedad (esto es sociedad civil e instituciones).

En ese marco, ampliar la base de sustentación en la ejecución de un proyecto político, incorporando la totalidad de los gobiernos provinciales y ejecutivos municipales, con una suerte de transversalidad institucional, no es ni más ni menos, que ampliar y consolidar en un futuro próximo, la posibilidad de recuperación y desarrollo económico, con un compromiso que implique como actor y beneficiario a la totalidad de la sociedad.  Un gobierno de todos y para todos, que empieza a gestar en esta pandemia.

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