Economía Social y Solidaria en el Presupuesto Nacional 2019

Art. 85. Quita de la exención del Impuesto a las Ganancias a Cooperativas y Mutuales que prestan servicios de ahorro, crédito y seguros.

“La historia vuelve a repetirse”, dice Edgardo Form, Vicepresidente Primero de la Confederación de Cooperativas de la República Argentina (COOPERAR). Cada vez que el Fondo Monetario Internacional condiciona la política económica del país, el Poder Ejecutivo intenta aplicar el impuesto a las ganancias a las Cooperativas y Mutuales, para recaudar fondos con destino a pagar los intereses de la deuda externa. Y como era de prever, el proyecto de Presupuesto para los ejercicios fiscales que se inicien a partir del 1° de Enero de 2019 establece en su artículo 85: <la exención prevista en los incisos d) y g) no será aplicable a los resultados provenientes de actividades de ahorro, de crédito y/o financieras o de seguros y/o de reaseguros, cualquiera sea la modalidad en que se desarrollen…>.

A fines del año pasado, la acción conjunta de todo el movimiento cooperativo y mutual, acompañado por un gran número de organizaciones sociales, concejos deliberantes y cámaras empresarias, logró dejar sin efecto en la regresiva Reforma Impositiva, el intento por gravar con el Impuesto a las Ganancias a entidades que, por su naturaleza, carecen de fines de lucro. En la provincia de Córdoba, las y los diputados electos en su mayoría acompañaron nuestro reclamo. En esta oportunidad esperamos la misma actitud.

Las cooperativas y mutuales no generan ganancias, sino excedentes, simplemente porque no tienen finalidad de lucro, por lo que no deben equipararse a una sociedad comercial. Por tal motivo el artículo 85 es anticonstitucional.

Este planteo quedaría incompleto sino se tuviera en cuenta la raíz de estas medidas anticooperativas. La historia demuestra que tales intentos aparecen siempre en el marco de gobiernos y políticas neoliberales con un rol protagónico de grandes grupos económicos nacionales y transnacionales, con los que existen profundas diferencias ideológicas, que ven al sector de la economía social y solidaria como competidores desleales (por dichas exenciones) sin visualizar el aporte permanente de manera complementaria a los Estados, que hacemos al mejoramiento de la calidad de vida de la población, al desarrollo local de las comunidades, a la generación de empleo digno y solidario, en fin, en una sociedad donde prima el individualismo y el egoísmo, aportamos experiencia, trabajo, eficacia y eficiencia, democracia participativa, solidaridad y ayuda mutua.