Juventud: los primeros bajo la línea de fuego
Por Vanina Gómez y Pablo Oviedo, integrantes de Juventud Solidaria Córdoba
En el presente y en un futuro cercano miles de jóvenes argentinas y argentinos estarán desocupados o bajo condiciones informales, y otros ingresarán a un mercado laboral con poca capacidad de generar empleo. Deberemos afrontar este desalentador panorama, que puede ser mitigado con la creación de nuevos empleos y una mayor protección social.
La pandemia plantea un futuro incierto para nuestra región, todo está cambiando, tanto trabajadores como emprendedores y empresas deberán adaptarse.
Ante la crisis económica que ocasionan el aislamiento social, la precariedad del empleo juvenil y la recesión económica, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) alertó que las personas jóvenes serán las más afectadas.
Elaboraron un informe que enumera razones por las que este sector de la población sufrirá las consecuencias de la enfermedad, en un mundo laboral que no les ofrecía condiciones dignas y que ahora no es prometedor.
Según estudios y encuestas realizados por la OIT, los jóvenes son los primeros en perder el empleo, ven recortadas sus horas laborales o carecen de contactos para encontrar trabajo formal, no olvidando además las condiciones precarias y que son los más expuestos a riesgos de salud. Otro punto a resaltar es la falta de seguridad social: muchos de estos jóvenes tienen una forma atípica de empleo, ya sea de tiempo parcial, temporal o el denominado teletrabajo, lo que implica estar mal pagos y no contar con licencias, Art o haberes jubilatorios, entre otros.
Gran parte de las personas jóvenes trabajan en sectores afectados por la pandemia del Covid-19 como por ejemplo comercio, hotelería, gastronomía, servicios de encomiendas, etcétera. Es importante destacar en este punto que la OIT ha reconocido que las mujeres se verán más afectadas ya que representan más de la mitad de las personas menores de 25 años empleadas en dichos sectores. Frente a todos estos problemas la Organización hace un llamado a los líderes mundiales a elaborar medidas de apoyo y estímulo para esta parte de la población comprendida por asalariados, emprendedores y autónomos.
Como jóvenes sabemos que el desempleo en nuestra generación no sólo nos afectará a nosotros sino que acarrea un elevado costo a largo plazo para la sociedad en general. Si ignoramos esto corremos riesgo de desperdiciar talento, estudio, formación y capacidad, por lo que las consecuencias podrían expandirse durante décadas.
Desde el gobierno nacional se han tomado medidas esenciales para apaciguar las pérdidas de empleo e ingresos en este contexto, pero aún falta la franja que comprenda a los jóvenes que no han sido alcanzados. Consideramos que es requisito insoslayable un plan de recuperación económica enfocado generacionalmente.
Se torna desesperante la situación de cuarentena para uno de los sectores más vulnerable y más expuesto de la población: la pandemia confirmó, por si hiciera falta, que sin la clase trabajadora nada podría funcionar. Y que gran parte de esas y esos esenciales son jóvenes. La crisis los encontró precarizados hasta los huesos y así los arrojó a la línea de fuego.