El sistema financiero y la pandemia, ¿un salvavidas de plomo?
En esta pandemia el Estado está dispuesto a intervenir priorizando la vida en primer lugar y tratando de mantener el motor encendido de la frágil y endeudada economía recibida en segundo lugar. Pero no tardaron en aparecer suspensiones y despidos, aumentos de precios y trabas para llegar con la necesaria ayuda a las pymes.
Por Cr Guillermo D. Avila, Delegado de Personal AEFIP Secc Córdoba, Delegado al Consejo Superior AEFIP MDN
Siempre bajo el precepto de “que menos pierdan quienes menos tienen”, el Gobierno Nacional afrontó la pandemia con medidas para llegar a quienes más lo necesitan.
Sin embargo no tardaron en aparecer suspensiones, despidos y también aquellos que aumentaron sus ganancias triplicando el precio de sus productos injustificadamente y quienes retrasan sus acciones deliberadamente.
Y como la única verdad es la realidad, debemos saber que hay sectores concentrados que no sólo no están dispuestos a perder un poco, sino que directamente no están dispuestos a perder nada.
PARA EJEMPLO BASTA UN BOTÓN
El Gobierno Nacional decidió volcar fondos al sistema Financiero para mantener encendida la frágil economía recibida tratando de inyectar/disponer 350 mil millones de pesos al sistema y junto al Banco Central de la República Argentina (BCRA) normó todo en coordinación con las tres cámaras bancarias.
Pero la primera respuesta del Sector Financiero se dio con “el Viernes Negro” ocurrido el 3 de abril, día del caos generado por el cobro de Jubilaciones y Asignaciones Universales.
En ese momento, el “aceitado” sistema financiero todavía estaba en modo avión, las Pymes ya estaban agobiadas por los sueldos del mes de marzo que debían afrontar y los Bancos no estaban otorgando los créditos destinados a salvaguardarlas, dispuesto, normado y estipulado dos semanas atrás por el BCRA.
SIN EXCUSAS
El Banco Central a través de la Comunicación “A” 6937 del 19/3/20 con su posterior adecuación del 26/3/20 (Comunicación A6946) y la Comunicación A 6943 dio un marco directo y rápido a la ayuda elaborada por el Ejecutivo, dándole al sistema instrumentos para que pueda entre otra cosas:
- Aumentar su tenencia de Leliq, siempre y cuando presten a las empresas más del 70% del dinero que les fue liberado en concepto de baja de encajes.
- Para que no cobren cargos a sus clientes por depósitos, extracciones, consulta de saldos o cualquier otra operación en cajeros, ni distinguir entre clientes o no clientes.
- Para que suspenda momentáneamente el cierre de cuentas bancarias que no puedan cumplir con sus compromisos por los pago de cheques por falta de fondos.
- Para que alivianen procedimientos tendientes al otorgamiento de crédito, ejemplo la calificación de carpeta.
- Para que activen créditos a pymes, con ciertas ventajas:
*A una tasa del 24 por ciento anual, con garantía del Fogar (Fondo de Garantía Argentino 8° de la Ley N° 27.444B.O. 18/6/2018) con un plazo de 12 meses con tres de gracia.
*Monto máximo equivalente al 100% de la masa salarial de la empresa.
*Con acreditación de fondos del préstamo se haría directamente en las cuentas-sueldo de los empleados de las pymes.
LA HORA DEL REPLANTEO
En el análisis es necesario que repasemos algunos hechos:
A) 1973 – 1976 fue la época del Sistema de Nacionalización de Depósitos y la ley 20.520.
Aquí las entidades captaban depósitos por cuenta y orden del Banco Central, que libraba líneas de redescuento para incentivar actividades. Sobresalían las cooperativas de créditos.
En el país operaban alrededor de 700 entidades, entre ellas 423 cooperativas de crédito y 110 bancos comerciales, El Banco Hipotecario, El Banco Nacional de Desarrollo, La Caja Nacional de Ahorro y Seguro y Sociedades de ahorro y préstamo.
B) 1977 La Dictadura Cívico Militar sancionó la ley de entidades financieras y la de descentralización de depósitos. Ley 21.526.
Se trató de una normativa que debe haber sufrido no menos de un centenar de modificaciones, pero su esencia sigue igual. Un sistema hecho para las necesidades del mercado, sin tener en cuenta las necesidades del Estado. Todos los bancos pasaron a ser comerciales y se extranjerizó el sistema. Podemos decir que estábamos viendo nacer la Bicicleta Financiera.
Hoy podemos hablar de alrededor de 63 bancos y sólo diez de ellos controlan el 80 por ciento de los depósitos.
UN APORTE
Aquí es leal decir que es difícil apartarse de los fundamentos doctrinarios propios: la economía social justicialista pone en práctica que el capital debe estar al servicio de la economía y esta al servicio del bienestar social.
Pero para los que se hacen cruces a escuchar estos fundamentos doctrinarios, es fundamental recordar que no estamos hablando de una economía dirigida, sino que estamos hablando de encausarla.
El Sistema Financiero hoy está en las antípodas de una economía social. No es más que un instrumento que día a día profundiza el neoliberalismo, por lo tanto, debemos abocarnos a una reforma cierta de la carta orgánica del Banco Central para darle a esa institución madre el instrumento imprescindible para erradicar la herencia de la Dictadura.
Es imposible pensar en una reformulación del sistema financiero sin romper la concentración. Por ello ya es tiempo de que el Estado deje de ser dirigido o susceptible de.