El rol del Estado y de las organizaciones sociales y políticas en tiempos de crisis

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*Por Pablo Tissera | Secretario General del Partido Solidario Córdoba

Vivimos tiempos de cambio. Poco a poco modificamos nuestros hábitos y cambiamos nuestra mirada sobre el Estado y su rol, donde la ciudadanía exige más presencia. Las clases medias y populares como potencial sujeto social de cambio, tienen la oportunidad de profundizar el proyecto iniciado el 10 de diciembre pasado que conducen Alberto y Cristina, y en ese camino las organizaciones sociales y políticas en general y nuestro partido en particular juegan un rol protagónico.

Cambió la manera de relacionarnos con la/el otro, mucho más notorio en los grandes centros urbanos, nos miramos y comunicamos más que antes. Crecimos en la práctica solidaria entre vecinos y vecinas, y con quienes no conocemos. Cambiaron los tiempos, en casa, con nuestras familias en sus diferentes concepciones y dialogamos más. Se afianza el teletrabajo desde casa, eso sí, para quienes tienen la posibilidad de tenerlo.

También cambió nuestra mirada sobre el Estado y su rol. La mayoría de la ciudadanía lo quiere más presente, cuidando la vida por sobre todo y garantizando salud. Cambiaron las proyecciones ya que 170 países en el mundo tendrán en este 2020 caídas significativas en sus PBI según consigna el Fondo Monetario Internacional (FMI), que paradójicamente es quién nos condiciona en la política pública por la impagable deuda externa, y ahora insta a los Estados a priorizar los sistemas sanitarios.

Es de esperar que estas proyecciones se traduzcan en menos trabajo y más pobreza, lo que aumenta la crisis del capitalismo financiero, un techo cada vez más cercano del sistema neoliberal que naturaliza y genera una creciente desigualdad social.

El aislamiento sugerido por la Organización Mundial de la Salud implementado por países como Argentina modifica los hábitos en la vida cotidiana, desde aspectos micro hasta cuestiones macro, cambia miradas y ofrece nuevas perspectivas, lo que representa una nueva oportunidad para transformar nuestro modo de vida.

La duda es si viviremos un cambio de época pos pandemia. ¿Qué tipo de “nueva época” podrá venir o podríamos construir? ¿Podemos pensar que es una oportunidad para vivir mejor o mejor dicho para el buen vivir?

Nuestro presidente, ha dejado muy claro el rol que debe asumir el Estado en tiempos de crisis que arrastrábamos desde los últimos cuatro años de políticas neoliberales en nuestro país, ahora profundizada. Alberto Fernández inició su gestión con la implementación de políticas que fueron en línea de la reactivación económica, y luego, en el marco de la pandemia, priorizando la defensa de la vida y salud de las, les y los Argentinos. Esta postura del Presidente quedó en claro cuando en una entrevista con el diario Perfil manifestó: “(…) Prefiero un diez por ciento más de pobres que cien mil muertos (…)”.

Algo que el mercado no iba a poder resolver, o mejor dicho, lo iba a resolver en el marco de la ley del “sálvese quien pueda” y el que sobrevivan los más fuertes, Alberto decidió tomarlo con una firme decisión.

El presidente, en la antítesis en el marco de una emergencia económica y sanitaria, deja un mensaje de fuerte centralidad del poder para la toma de decisiones y un trabajo apoyado en la Institucionalidad de gobiernos provinciales y municipales en sentido amplio y transversal, acompañados por organizaciones territoriales en algunos casos.

 

Clase media y clase popular como sujeto de cambio social

Protagonistas potenciales del cambio de época, las clases medias y las clases populares fueron en éstos últimos cuatro años y serán las principales afectadas por la crisis hoy en aumento. Estas reclaman un rol activo del Estado, que defienda la salud y que implemente medidas para minimizar el impacto económico y social.

La mitad de Argentina votó el cambio antes de la pandemia, en Córdoba un poco menos, pero hoy entre el 80 y el 90 por ciento de la sociedad exige un Estado Presente. Las necesidades son diferentes, pero la crisis pega a ambas clases sociales y observamos actitudes solidarias comunes. Y así está el pueblo, movilizado, dando batalla a la contradicción de las conciencias que visualizan la necesidad de un Estado Garante pero que por otro lado recibe los mensajes diarios de la derecha liberal y los medios masivos de comunicación contra el “populismo” Albertista.

Es importante seguir en la línea de contener a los sectores populares, con políticas que tiendan a satisfacer las necesidades básicas, y pensar en profundizar dichas políticas, como dice el Papa Francisco en éstas pascuas: “Ustedes, trabajadores independientes, informales, de la economía popular, no tienen un salario estable para resistir este momento. Y las cuarentenas se les hacen insoportables. Tal vez sea tiempo de pensar en un Salario Universal que reconozcan y dignifiquen las nobles e insustituibles tareas que realizan.” (12-4)

Cómo así también llevar tranquilidad a la clase media, con otro tipo de políticas apuntada a trabajadores en relación de dependencia, del sector público, cuentapropistas, mipymes, profesionales, entre otros sectores.

Las clases populares y medias sufriremos más golpes producto de la crisis arrastrada y la pandemia. La desocupación y la pobreza aumentarán, mientras que los salarios disminuirán, como lo venimos observando, con cada vez más heridos en el camino hasta que se pueda reactivar de la economía, algo que lo sucederá de un día para el otro.

Por tal motivo, a las políticas existentes que atienden la urgencia, que están bien aunque muchas de éstas deben mejorar su eficiencia, se requerirán nuevas políticas públicas, que lleven estabilidad duradera al pueblo. Debemos ir preparando el terreno para poder distribuir más equitativamente los ingresos y las riquezas, retomar viejos proyectos como la ley propuesta por el presidente del Solidario Carlos Heller de servicios financieros para el desarrollo económico y social, debemos darle al Estado una mayor capacidad de regulación de la economía. Para ello se necesita consenso o mayorías dispuestas a apoyar este tipo de definiciones.

 

La práctica solidaria y la disputa de conciencia en la cuestión económica

El cumplimiento del aislamiento es una importante práctica solidaria de sobrevivencia, que moviliza subjetividades y como lo decíamos anteriormente, transforma miradas.

Un aspecto a abordar son las mejores condiciones para poner en tensión el modo de producción y acumulación capitalista neoliberal, haciendo eje en el compre de cercanía, compre cooperativo, compre en el barrio, compre economía social, solidaria y popular, compre pyme. Están dadas las condiciones para promover el cambio en los hábitos de consumo y modo de producción, distribución y acumulación capitalista. E ir acompañando con docencia militante la importancia de disputarle la renta a las grandes superficies, a las corporaciones, a los grandes grupos económicos, a esos que no les tiembla el pulso a la hora de despedir trabajadoras y trabajadores.

 

La posibilidad de ir hacia una distribución de los ingresos y las riquezas equitativa

La resistencia de la clase dominante a la práctica solidaria y al Estado Presente no tardó ni 90 días en llegar. Esos pocos conservadores y liberales (nacionales y trasnacionales) con poder económico, con capacidad de hegemonizar conciencias, con medios masivos de comunicación a su servicio, no estarán dispuestos a poner un sólo peso en la salud pública en particular y en el Estado en general, ellos no descansarán en la  pretensión de volver a manejar el Estado para evitar cualquier tipo de política que intente regularlos.

Pero, con este nuevo gobierno, el Diputado Nacional Carlos Heller tiene una tarea titánica, trabajar un proyecto de ley que logre redistribuir recursos, sacar a los pocos ricos para distribuir en las mayorías. Expresó en Página 12 el fin de semana pasado: “Tenemos en la Argentina un Estado que fue achicado y endeudado durante los últimos cuatro años, y que hoy se enfrenta con una demanda descomunal de recursos para atender las necesidades crecientes en el escenario de la pandemia. Es en este contexto que estamos trabajando en un proyecto para establecer un tributo extraordinario con una asignación específica. (…) Estamos trabajando sobre un universo referido a un bajísimo porcentaje de la población con altos patrimonios y grandes ganancias (…)” (12-4).

Este es y será uno de los centros de disputa real al poder económico, que se dará próximamente en el Congreso de la Nación, donde Carlos Heller presidente de la Comisión de Hacienda y Presupuesto, a pedido del jefe de bloque Máximo Kirchner, con apoyo de otros diputados/as, y en diálogo con el Presidente y el Ministro de Economía, elaborará una propuesta.

 

El rol de las organizaciones sociales/políticas en el territorio

Para poner en el centro de escena el ser humano, la naturaleza, la dignidad de la vida y sacar la idolatría del dinero y del mercado de la de la conciencia ciudadana, para consolidar la importancia de lo público y social por sobre de lo privado, necesitamos de la POLÍTICA entendida como la herramienta que tiene el pueblo para lograr una real transformación social.

Es primordial que todas las organizaciones entiendan la importancia de dar esa disputa de conciencias, de acompañar en su territorio la línea política del gobierno nacional y popular e ir construyendo consensos o mayorías para ir por más. Este proyecto se sostiene si el pueblo lo cree propio, se siente parte y lo defiende como tal. Debemos comprender por dónde pasa la política nacional, sin poner en el centro contradicciones secundarias que llevan a limar el proyecto haciendolé el juego a la derecha.

 

El desafío del Partido y la militancia para aportar al cambio de época

Como parte integrante de la alianza electoral del Frente de Todos que gobierna el país desde el 10 de diciembre, el Solidario es una fuerza política frentista, con identidad propia, con un diputado nacional, el dirigente pyme Eduardo Fernández que acompaña a Carlos Heller en el Congreso, con 12 concejales en diferentes lugares de la provincia (actuales y con mandato cumplido) y referentes/as en más de 40 localidades de la Provincia. El partido tiene un gran desafío por delante para la continuidad y profundización del proyecto nacional y popular.

Nuestro partido y su militancia deben fortalecerse y desarrollarse en cada punto de nuestra Provincia, trabajar denodadamente en la disputa de subjetividades de las clases medias y populares, construir poder para la disputa local, ayudar a organizarlas en el territorio atendiendo sus  demandas, siendo gestores políticos, promoviendo la participación en la toma de decisiones, darle valor a la Institucionalidad del partido y sus organizaciones en el vínculo con el Estado.

Es parte del desafío emprender una adecuada gestión política de herramientas y vínculos para el fortalecimiento territorial y el desarrollo local, acompañada de una comunicación que visibilice referencias en cada lugar de construcción de la Provincia, y con ello, institucionalizar la construcción de poder para poder transformar la realidad en que vivimos.

Estos tiempos de pandemia representan una oportunidad para lograr un cambio de época, y triunfar en la batalla por el buen vivir de las mayorías populares.

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